Durante el culto auspiciado
por la sociedad de Caballeros de la Iglesia donde asisto, el Señor nos habló a través
de nuestro vice-presidente y nos dijo que hacen falta verdaderos adoradores. Así como lo fue Eliseo en 2 de Reyes
3:15-17. Que cuando fue consultado para
resolver un problema, envió a buscar un músico y en medio de la adoración, Dios
lo tomo y le hablo y le mostro como el mismo Dios iba a resolver la situación. No hizo ver que Dios había puestos porteros
en las puertas del templo para cuidar que nada interumpa la adoración a Dios,
que no entrara nada que fuera a contaminar la adoración a Dios y que nosotros
somos los porteros de este cuerpo que es el templo de Dios. La adoración es una parte en importante en el
caminar del creyente. Es la adoración
Dios se nos manifiesta y habla a nuestro espíritu a nuestro ser. La música es importante, pues, llega y toca
las fibras más profundas en los sentimientos de una persona. Sé que es importante que aquellos que saben
tocar un instrumento, practiquen para que cada día se escuchen mejor las melodías. Pero es mucho más importante estar llenos de
la gracia y la presencia de Dios para que no importa si desafino un poco o no,
baje el poder de Dios y transforme a los oyentes. Yo que no se tocar ningún instrumento y aun
cuando aplaudo sueno desafinado, estoy dispuesto a que Dios afine mi vida con
su poder, para que aquello que el ponga en mis manos hacer, él pueda, con su
poder tocar la vidas para transformarlas.
Estudia, prepárate, practica, no dejes de disciplinarte, pero recuerda
que esto sin la llenura de Dios, para poco aprovecha.
Dios te bendiga y gracias por tu tiempo.